Existe un sistema en el
cual está sometido al menos un 95% de la población mundial, sólo el 5% restante
ha decidido salirse de dicho sistema y romper los moldes para conseguir el
éxito.
Muchas personas
simplemente eligen NO conseguir el éxito porque el ser exitosos les genera
“muchas molestias” y entonces se esconden detrás de innumerables excusas que
les genera problemas en doble vía, la primera: es que les roba tiempo, su mayor
activo, y la segunda: es el robo de la posibilidad de aprender.
Un concepto muy poderoso
que es el responsable del éxito de este bajo porcentaje mencionado de gente es
la forma en que han decidido encarar las diferentes situaciones de la vida y
han logrado que este concepto trabaje a favor de ellos. El único factor
diferenciador entre una persona exitosa y otra que no lo es… es su mentalidad,
la forma en que reacciona ante sus deseos, ante las situaciones que plantea la
vida.
Por ejemplo fíjese en
estas dos formas de enfrentar una misma situación por parte de una persona de
mentalidad pobre y otra de mentalidad exitosa:
El pobre piensa: No
puedo comprarlo
El exitoso piensa: ¿Cómo
puedo comprarlo?
El primero bloquea su
capacidad de pensar y de eventualmente encontrar la solución óptima para el
problema, su cerebro se cierra y las energías creativas ya no tienen cabida
porque taxativamente ha expresado su incapacidad de lograr el objetivo
propuesto diciendo NO PUEDO comprarlo. Allí ya no hay nada qué decir ni qué
hacer, pues ya la batalla está perdida, antes de luchar.
El exitoso sin embargo
se pregunta cómo puedo hacerlo. Desde ese mismo instante lo que hace es motivar
a su cerebro a trabajar para descubrir la manera en que puede comprarlo, se
fija metas, traza un plan de ejecución, lo pone en marcha y el resultado final
es… que LO CONSIGUE.
Nada tiene que ver esto
con capacidades especiales ni mucho menos, está claramente demostrado con este
ejemplo que la única cosa que diferencia al uno del otro es la forma de pensar,
de abordar una situación dada y la actitud determinante de la confianza en que
se puede y que todo es cuestión de plantearse el cómo.
Dicho esto simplemente
le sugiero que a partir de este mismo momento Ud. tome en cuenta estas
consideraciones y las ponga en práctica, empiece desde hoy a cambiar su mentalidad.
Recuerde que Ud. actúa
como piensa y en consecuencia es lógico deducir que debe pensar cosas que lo
hagan actuar de una manera que le permita alcanzar sus objetivos propuestos.